PUNTO PARA LOS LOCOS

 

Ayer tuve un mal día. Un día de esos en los que te come la vida y no estás para hacer nada que sea productivo. Uno de los que no suele dar para más que estar tirado en el sofá viendo lo que ponen en la tele y ya has visto mil veces, sin prestar atención.

Pero tenía que ir al médico y, como siempre, llevaba una hora de retraso. Y yo, previsora como siempre, me había llevado un libro para la espera. Esa mañana me llevé uno de los últimos que había comprado, que estaba arriba en la montaña de pendientes. Era "Por si las voces vuelven", de Ángel Martín.

Me gustaba este chico cuando hacía "Sé lo que hicisteis" y "El melocotón que murió por culpa tuya", y luego le perdí la pista. Le retome hace poco más de un año, con el informativo diario, y desde entonces creo que es un tío fantástico, una de esas personas que hacen que tu día sea mejor. Que el mundo sea mejor. 

Y no tiene que ver solo con el informativo, obviamente. Sus podcast, sus monólogos, sus libros... Todo toca temas importantes sin perder la sonrisa, sin malos rollos, como un oasis en mitad del momento actual. Por eso se lo agradezco.

Durante esa hora en el hospital ya me había leído medio libro. El otro medio me lo leí tirada en el sofá, sin poner la tele. Ha sido una de las lecturas más amenas, interesantes y reconfortantes que he tenido en mucho tiempo. 

Es un libro que puedes disfrutar, lleno de un humor que algunos hoy en día considerarían negro (o inapropiado), pero ¡eh!, como lo escribe un loco de sí mismo, vale. Y no solo vale, sino que nos recuerda que reírnos de nosotros mismos ayuda a quitar hierro a lo gordo y es bueno para ir sanando. 

Y no solo ayuda a sanar el humor, sino las experiencias compartidas, el normalizar algo que pasa y que no debería ser tabú, el ver que no eres el único que pasa por eso o que ve como a alguien cercano le hace "crec" la cabeza. 

Quién sabe, quizá fue el universo el que me hizo coger este libro justo ayer, porque lo que dice no solo sirve para los que han pasado un tiempo en planta psiquiátrica. En mi momento de bajón fue lo mejor que podía haber leído, porque me tuvo lo bastante entretenida como para callar a mi mente en bucle (que en mi caso no es el señor gris, sino una señora mayor de pueblo, vestida de negro y con pañuelo en la cabeza), y para volver a ver un poco de luz. 

En conclusión, que todos deberíamos permitirnos estar un poquito locos, si eso nos hace más felices. Y que les den a lo que piensen los otros. 

Comentarios

Entradas populares de este blog

COHERENCE / PERFECTOS DESCONOCIDOS

PLAYLIST DE CUMPLEAÑOS

PREVENTA CON 5% DE DESCUENTO