Mis historias malditas

  Una estantería ajena, un libro sin contraportada, con las hojas sueltas sujetas con una goma, la palabra "brujería" escrita en mayúsculas... todo atractivos para escoger este tomo entre los que le rodean. Página por página, como leyendo apuntes, me he ido encontrando con historias muy diferentes, que deberían tener el nexo común de la brujería, pero no siempre ha sido así. Comienza el libro con historias que relatan los juicios a brujas por la inquisición y novelando alguno de los casos de Salem. Enseguida se entremezclan con cuentos populares, satíricos, en los que las brujas son la excusa para poner de manifiesto la envidia o codicia de todos los vecinos del pueblo acusador, que adorarían al diablo si sacasen partido de ello. Además, se cuela un divertido relato en el que un hombre se bebe al djinn de una botella, porque cree que es lo que contiene es gin(ebra), y algún cuento sobre prostitutas vampíricas, náyades que ejercen de madrinas y hasta de virus mortales que cont

  Siempre me gusta encontrar los escritores escondidos en la ficción, pero esta vez ha dado con algo distinto, aunque relacionado con la escritura.  Kouzuki es un anciano que colecciona literatura erótica. Su biblioteca es inmensa, y contiene tesoros antiguos, desde pergaminos a grandes encuadernaciones. Adora tanto sus libros que, cuando comienza a tener problemas económicos, solo ve una salida posible: casarse con su sobrina Hideko, que heredó una gran fortuna al suicidarse su tía.  Pero hasta que la muchacha tenga la edad adecuada, no le queda más remedio que vender algunos de sus libros. Como buen coleccionista, no quiere desprenderse de ninguno de ellos, así que planea otra cosa. Kouzuki dedica casi todo su tiempo a copiar a mano algunos de los textos, y contrata a un falsificador de arte, el conde de Fujiwara, para que realice los dibujos de sus páginas. Y, aunque entre los dos crean unas falsificaciones casi perfectas, Fujiwara tiene otros planes. El falso conde aspira a casarse

  ¿Cuántas veces puede romperse un cristal roto? ¿Cuánto tiempo hasta que vuelva a ser solo arena?

  Nouvelle vague es un término que la crítica utilizó para denominar al colectivo de cineastas franceses que surgió en la década de 1950, que buscaba la libertad de expresión, en contraposición al cine para masas que se estaba haciendo. Marc Collin y Olivier Libaux utilizaron este término para dar nombre a su banda que, curiosamente, ha sido incluida en la "renovación de la canción francesa". Yo trabajaba entonces como camarera en un chiringuito con un jefe con un gran gusto musical. Gracias a él conocí a Cesárea Évora, a Camille, a Cocorosie... y también a Nouvelle vague. Este grupo hacía versiones con arreglos de bossa nova, con aires jamaicanos y jazzísticos, de canciones conocidas del punk, el new age o la música electrónica. Y quizá eso fue algo de lo que más me atrajo. Es verdad que ahora es común ir a un restaurante y que te pongan versiones chill de grandes éxitos de la historia, pero de aquellas, en 2004, fue el primer grupo de versiones veraniegas y relajantes de ca