Mis historias malditas

Tengo uno de esos ratos, en que el mundo gira al bies, se me revuelven los días, los sueños muerden mis pies. Pues no sé ni lo que quiero, ni quiero lo que yo soy. Ni los oros, ni los vientos, lo que tengo, te lo doy. Mas lo que no puedo darte refulge con tal ardor que no se apaga la brasa  de mi maldito dolor. Parece que voy en contra y rasgaría mis venas, ya de tigre, ya paloma,  porque no soy ya azucena. Hasta que calmaste tú con palabras mi locura, solo me falta tu abrazo. Yo una lorca, tú mi cura.

Anaïs Nin es una escritora francesa, afincada en Estados Unidos desde mediados del siglo XX. Su andadura profesional comienza como modelo y bailarina de flamenco en La Habana, donde se casa con el banquero Hugo Guiler. De vuelta en Paris, Anaïs siente que está encerrada en una vida que la aburre hasta que conoce al escritor Henry Miller. Él le muestra una parte descarnada de la vida y la convence para que no se avergüence de mostrar sus pasiones y sus pulsiones, convirtiéndose en la musa que la inicia en el mundo de la escritura y de la libertad sexual. Tras emigrar a Estados Unidos y muy influenciada por el abandono de su padre a los once años, por el psicoanálisis y por la búsqueda incesante de nuevas experiencias amorosas y amantes, se convierte en escritora de relatos eróticos a un dólar la página. Pero más que por sus novelas, Anaïs es conocida por sus diarios, en los que l a escritora nos cuenta sus experiencias y cómo las siente, pero sin abandonar su sensibilidad de mujer, en v

 ¡Feliz día de las librerías a todos! Las librerías... Esos lugares mágicos que contienen mundos en las estanterías, donde puedes descubrir absolutamente todo. De hecho, algunas ya constituyen por sí mismas un mundo hermoso, único e irrepetible, que te hace querer permanecer allí para siempre. Hoy recuerdo cuando estuve en Lello, y encontré en uno de sus rincones a  Carmilha, que aunque ya era una vieja conocida, nunca me había hablado en portugués... ¡Disfrutad de la lectura!

  El frío llega por fin y apetece ver películas invernales bajo una manta y con palomitas.  Una de las que he desenterrado es "Atando cabos", que ya tiene unos añitos, pero cumple muy bien con la premisa de película para el invierno. Quoyle es un hombre gris, trabaja de entintador para un periódico de Nueva York y cuida de su hija, mientras su mujer se dedica a salir y volver a casa con un amante nuevo cada pocos días. Cuando ella muere en un accidente de coche tras abandonarle, Quoyle cree que no puede pasar nada peor en su vida y decide vivir el resto de sus días lamentando no haber sabido retener a su mujer. Al menos hasta que aparece una tía a la que no conocía y que le convence de acompañarla a Terranova, de donde viene su familia. Al llegar allí, Quoyle se encuentra un pequeño pueblo pesquero en el que todos se conocen y le acogen como a uno más. Pronto le dan trabajo como redactor de noticias sobre accidentes, hace amigos y conoce a otra mujer. La vieja casa que sus an