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Mostrando entradas de diciembre, 2019

LIBROS LEÍDOS EN 2019

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Buenos días, tristeza (Françoise Sagan) Me lo recomendó mi padre porque es uno de los libros preferidos de su adolescencia, pero leerlo a mi edad y con la diferencia entre nuestras épocas... No es uno de mis favoritos The wicked + the divine ( Kieron Gillen y Jamie McKelvie ) Este cómic me llamó la atención por su trama. Doce dioses renacen cada noventa años reencarnándose durante dos años en un grupo de adolescentes. Me recordaba a The sandman. Pero no me ha emocionado igual que él. He de reconocer que los dibujos son alucinante, pero la mitología se utiliza muy de pasada y la trama está siendo flojita. Maldito karma ( David Safier ) Alguien le regaló este libro a mi madre hace un tiempo y ya lo había leído. Ahora me lo compré y soy incapaz de dejar un libro en la estantería sin que haya sido leído por lo menos una vez. Así que lo releí y me gustó igual. Libro simpático que te hace pasar un buen rato. El hombre de tiza (C. J. Tudor) Mi p

MELISSA AUF DER MAUR

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Empecé las vacaciones del verano de mis diecisiete comprándome dos cd's, Una temporada en el infierno , de Fangoria, y Celebrity skin , de The hole. Había llegado un chico nuevo a la urbanización y se los dejé mientras yo estaba en casa de mis abuelos, en La Bañeza. Cuando volví me habló maravillas de ellos y yo me puse a escucharlos en serio. Tenía razón. Entonces entendí que me gustaba la música electrónica y el rock, un poco oscuros, además de las buenas letras y las notas graves de los bajos. Siguen siendo dos de mis discos favoritos. Cuando The Hole sacó Nobody's daugther lo compré en seguida. Y me pareció... flojo. Faltaba algo. Así que me puse a buscar y me enteré de que faltaba ella: Melissa auf der Maur. Esta pelirroja canadiense había sustituido a la fallecida Kristen Pfaff como bajista en el grupo de Courtney Love. Grabó con ellos Celebrity skin y después se fue como bajista con Smashing pumpkins, hasta que el grupo se separó. Tras un año sabá

10 AÑOS

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Cuando mi segunda gran relación acabó transcurridos los mismos años que en la primera, decidí que siete años era lo que duraba para mí el amor. Siete años era el tiempo en el que tardaban en descubrir que no soy especial. En ver que el brillo que aparento es solo el de un cristal que el mar ha traído a la orilla de la playa.  Con el tiempo le di más vueltas y pensé que quizá toda mi vida transcurre en periodos de siete años, siete buenos, siete malos. Soy el cristal de un espejo roto, con su profecía de siete años de mala suerte. Empecé con una buena época. No recuerdo mucho sobre mi vida en León, pero creo que fui feliz allí. Al menos mi alma ha quedado ligada para siempre a esa ciudad, mucho más que a Salamanca, donde he estado desde entonces.  Mis primeros siete años aquí no fueron buenos, no hice muchos amigos y sentí que había perdido mi sitio. Pero cuando con catorce años decidí aislarme del mundo, me encontré en una clase de instituto rodeada de gente que me hizo

LOS AMANTES DEL CÍRCULO POLAR

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Antes nunca me habían gustado las películas de amor. Con mis diecisiete años yo era una descreída a la que los romances nunca le llegaban al mes. Mis parejas aparecían en mi vida igual de rápido que se evaporaban, y no dejaban huella.  También tenía una parte romántica, pero no encajaba con lo que yo estaba viviendo en aquellos momentos. No había encontrado a nadie por quien perder la cabeza, y los momentos que compartíamos no eran tan intensos como prenderle fuego a una bola de papel, eran más como fumarme un cigarrillo. Quizás no existieran las almas gemelas. A lo mejor debía esperar para encontrar la mía. O no lo hiciese nunca. Mi vecino me llevó un día al cine a ver Los amantes del círculo polar . No me apetecía nada verla. No quería sufrir la realidad de dos personas que se enamoran tanto que todo a su alrededor es maravilloso y con su amor son capaces de superar cualquier adversidad, porque no me representaba. No era mi realidad. Pero cuando acabó, no pude abri