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Mostrando entradas de noviembre, 2020

SENBAZURU

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Existe una leyenda japonesa que dice que si haces mil grullas de origami, podrás pedirle al espíritu de la grulla lo que desees. Esta leyenda es conocida en todo el mundo gracias a Sadako Sasaki, una niña que vivía en Hisoshima cuando cayó la bomba atómica y desarrolló una leucemia por la radiación. Una niña hospitalizada en su misma habitación se la contó y le enseñó a hacerlas con papel.  Sadako comenzó a hacerlas día y noche, esperando pedir al espíritu que curase su enfermedad. Cuando no tenía papel, utilizaba envoltorios de medicamentos y cualquier otra cosa que pudiera servirle. Para cuando terminó las mil grullas, los médicos le dijeron que le quedaba poco tiempo de vida. En lugar de desanimarse, Sadako continuó haciendo grullas para poder pedirle al espíritu que no hubiera más guerras. También las hacía para regalárselas a otros pacientes y que tuvieran esperanza.  Sadako Sasaki murió a los doce años de edad y fue enterrada junto a mill grullas de origami que sus compañeras de

ELEMENTOS

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  Para muchas culturas de la antigüedad, la naturaleza estaba compuesta por cuatro elementos que se complementaban y equilibraban: tierra, fuego, agua y aire. El ser humano, por tanto, está formado por distintas cantidades de esos elemento, que también simbolizan su personalidad. La tierra representa todo lo estable y el agua los cambios, el fuego es pasión y el aire pensamiento. Se utilizan en astrología para matizar los signos del zodiaco o en ayurveda para marcar los somatotipos corporales. ¿Y qué pasa cuando los juntas todos?  La tierra da una base, una realidad y una constancia, que es modelada poco a poco por corrientes de agua, haciendo que todo encaje. El fuego transforma la tierra y la endurece, consolidando la unión y brilla incandescente ante nuestros ojos. El aire, en lugar de apagar la llama, la aviva y hace que crezca y que ilumine el camino. Cuando fuego y aire se enfrentan llega el incendio. Solo puede acabar en ira o en pasión... En la noche de esta semana se enfrentan

MALAS TIERRAS

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  Desde que yo recuerdo, siempre me ha gustado leer. Leía (y leo) todo lo que cae en mis manos. Soy de las que devoró con placer todo lo que mandaban en el instituto. Así puedo decir que no me gusta El quijote , pero sí La Regenta , que me apasionó La fundación y odié profundamente el trimestre de literatura americana, cuando me hicieron leer El guardián entre el centeno, A sangre fría y Cuentos de la bruja de abril. .. Pero entre todos esos títulos, destaca uno, porque fue el primer libro que leí en el que los protagonistas eran adolescentes y tenían problemas de adolescentes: Malas tierras , de Jordi Sierra i Fabra. Este libro me abrió la mente a un mundo nuevo, porque no todo eran libros infantiles o de adultos, había algo en el medio con lo que sentirme identificada. Supongo que gran parte de la magia es dar con un libro como este en el momento adecuado, con la edad y en la época adecuada. Por ejemplo, Edad prohibida no solo me pilló mayor, sino que no pude identificarme con los

ENORME SUERTE

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Era tan pequeña que casi la pisó sin darse cuenta. La tuvo delante todo el tiempo y le había pasado desapercibida. Pero una vez que la vio, todo fue diferente. Estaba seguro de que ella le cabría perfectamente en la palma de la mano. Y seguro que sería tan liviana que su misma respiración podría hacerla volar. Una pequeña obra de arte, delicada como los jazmines, y tan embriagadora como ellos. Desde entonces la seguía a todas partes. Iba a su lado, a una distancia prudente y observaba todos sus movimientos. Por las noches, plantaba flores en los lugares por los que ella pasaba, para que su camino fuese más hermoso, rellenaba zanjas, retiraba obstáculos... Todo lo que pudiese hacer que su vida fuera mejor. Y nunca le dijo nada. Siempre tuvo bastante con mirarla desde la distancia. Ella vivía despreocupada. Tenía la suerte de su lado y las cosas parecían solucionarse con solo desearlo. A veces ni tenía que hacerlo. Simplemente todo estaba siempre como debía estar. Por eso el día de la to