Acaba de pasar San Valentín, el día oficial para el amor. No va conmigo quejarme de que es una fiesta comercial, yo soy más de celebrar lo que me pongan por delante, prefiero disfrutar. Sé que el amor es algo que hay que alimentar día a día, no solo de forma puntual, y que no hace falta comprar nada para demostrarlo (aunque también es una buena opción si eso os hace felices, este o cualquier otro día), pero me parece una buena excusa para ser conscientes del amor que hay a nuestro alrededor y darle el valor que se merece. El amor que compartes con tu pareja, el incondicional a la familia, las mil versiones de amor que dan los amigos que ayudan, que acompañan, que preguntan, que están, el amor en la sonrisa de quien te ayuda a recoger algo que se te cayó en la calle, el del camarero que te pone el café como te gusta antes de que lo pidas, el del enfermero que pregunta cómo estás y escucha tu respuesta... "El amor que he dado y el que recibí, eso es lo que queda, eso hablará por mí