EN LOS CUENTOS
Comienzo a imaginar y pienso…
Pienso cómo sería todo si hubiese
sido Cenicienta. Probablemente no me habría ido a las doce a casa. Demasiado
pronto, demasiado borracha, demasiados sueños cumplidos… Y a las doce perdería mi
vestido, mi carroza y desaparecerían los zapatos de cristal que demostraban que
soy especial. Volvería a ser una chica más y el príncipe no me encontraría en
la fiesta sin la ropa, ni el peinado, ni el maquillaje.
De haber sido Blancanieves,
ningún príncipe habría ido a llorar sobre mi tumba de cristal y quedaría como
estoy ahora, quieta, callada, con algo ahogándome en la garganta, muerta sin
poder chillar.
Sé que un guisante no me
despertaría, ni podría vivir cautiva hilando oro por un simple enano, ni
siquiera mi pelo pasa nunca de los hombros, así que tampoco nadie trepará por
él…
Y digo yo, ahora que lo pienso,
no quiero vivir en un cuento, porque cada vez que te besase te convertirías en
príncipe. ¡Ay, madre! ¡Qué iba a hacer yo sin poder besar hasta que me harte a
mi querida ranita!
Jajajaja, tampoco te veo capaz de dormir cien años como Aurora...
ResponderEliminarJajaja, pues sí, no había caído en esa
Eliminar