CICATRICES
Como las agujas de todas las
brújulas señalaban a sus ojos, él perdió el norte por ella y se enamoró
intensamente. Se amaron hasta que él dejó de buscar su camino con mapas y un
día, después de un abrazo, se marchó.
Tras un tiempo apareció un mago,
que sacó margaritas de su ombligo y realizó los más increíbles trucos. Pero
nunca le desveló el secreto de desaparecer en una nube de humo.
Entonces oteó a un viajero, que
encalló de un golpe en su corazón, produciéndole una pasión intensa que dejó una
herida sangrante cuando, al poco tiempo, él puso rumbo a otros ojos.
Cansada, introdujo ambas manos en
la herida y cubrió su corazón con algodones. Cuando aquel chico se sentó a su
lado, ella estaba zurciendo una enorme costura bajo su pecho izquierdo. A ver
si así recuerdo las cicatrices que hay debajo, pensó mientras él comenzaba a
hablarle.
Este relato quedó 3º en el primer concurso organizado por Literatura Abstracta, sobre historias basadas en grafitis, y está recogido en su libro "Ópera Prima"
Sí, me acuerdo de esta historia. Muy buena y muy poética, perfecta para la frase que acompañaba el graffiti. Si no fuera porque todo son metáforas, me haría mucha gracia imaginarme a alguien hablando como si nada a una persona que se está suturando a sí misma.
ResponderEliminarJiji, habría sido otro punto de vista interesante
Eliminar