SE OFRECE MUSA
Ya llegó la estación de lluvias.
Y yo paseo por la calle, sintiendo que las diminutas gotas mojan mi piel y
encrespan mi pelo, mirando los ríos de hojas que arrastra el agua calle abajo,
desbordando alcantarillas.
Mis ojos me llevan de pronto a
otro recuerdo con aguas convulsas y hojarasca y el corazón se me encoge un poco
pensando en un libro perdido. Un libro que solo leyó su autor, aún sin
encuadernar, que desapareció con la lluvia, como los de Alejandría sucumbieron
al fuego.
Aquella tarde era gris, como
todas las nuestras. Pero ese día no recogimos piedras, tenías algo más
importante para darme. Habías escrito un libro para mí, un libro sobre mí. Me
enseñaste los folios blancos, sujetos con una espiral de alambre y entonces yo
dije algo. Esas palabras se han borrado de mi memoria, pero fueron las que lo
cambiaron todo. En un segundo tiraste mi libro al río y el agua lo arrastró un
instante entre las hojas marrones, como una Ofelia de papel, hasta hacerlo desaparecer
en el fondo.
Ese día no me dejaste saltar al
río tras él y se perdió para siempre. Ya solo queda el eco de su existencia, difuso
como un sueño, en la lista de libros malditos, junto a los que nunca se escribieron.
Tú juras que no recuerdas nada de lo que escribiste en él, pero yo no puedo olvidarlo porque me pertenece. Es
como una marca de iniciales en la madera de mi memoria. Porque fui su germen y
quien acabó con él, por el poder que tuvieron las palabras que he olvidado.
Desde entonces sueño con inspirar
a los artistas, esperando que algún fragmento de la obra ahogada brille en la
luz de las fotos que me sacan, en las rimas que mi nombre forma en las poesías, en los trazos de los dibujos que inspiro, en los
ingredientes que matizan mi esencia en un plato, en los pasos de aquel tango, en
las letras de las canciones que hablan de mí… Esperando recuperar esa parte que
perdí bajo la corriente.
Por eso quiero ser tu musa. En
silencio. Sin palabras que lo cambien todo. Solo mi alma y mi aliento. Crea con
ellos. Quizá así pueda compensar que maté un libro.
(Fotografía de Anastasiya Dobrovolskaya)
Bueno, ya hay publicado un poema que va dedicado a ti, con dedicatoria y todo. Y puede que hayas inspirado en parte alguno más que tal vez haya o no haya visto la luz.
ResponderEliminarAy, poeta! El que conozco me encanta, aunque hable de cicatrices y fachadas. Me emociona mucho haberte inspirado algo (hasta con mis ok del whatsapp) y, por si te lo digo poco, echo de menos escribir juntas (sea o no revueltas...)
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