EN TIERRAS ONÍRICAS
El zorro corre por tierras oníricas. Atraviesa valles y bosques escudriñando el paisaje, hasta que llega al borde de todo. Frente a él está el mar al fin de cualquier camino. Ese es el lugar donde todo confluye y se mezcla en una amalgama de colores y formas nuevas, donde las cosas dejan de ser cosas y se funden en una inmensidad, imposible de imaginar si no has estado allí antes. El zorro se detiene sobre una rama y escucha. Ve brillar sus recuerdos y algunas ideas que se le escapan y se sumergen frente a él. Nota la tierra removerse a su lado, apartada por un topo que avanza hacia el mar. Observa cómo le sobrevuelan enormes libélulas y negros cuervos, que a su lado parecen diminutos. Siente el roce de un tentáculo en su pata, que le abraza suavemente y tira de él hacia el océano al final de las tierras del sueño. Le invade una sensación cálida y reconfortante y da un par de pasos hacia delante. Se pregunta cómo será ese lugar, pero puede imaginarlo conocido y cómodo, como...