COMO ODISEO


El camino se dibuja ante mí repleto de posibilidades infinitas.

Llevo mucho tiempo recorriéndolo. Cuando mis pies aún no sabían afianzarse al suelo, mis rodillas gateaban sobre una mullida moqueta rosa y después sobre madera. Tierra, azulejos, adoquines, han sido materias habituales bajo mis pies. Pero también he caminado varias veces sobre la cuerda floja, sobre brasas ardiendo e incluso sobre el agua. Una vez encontré el camino de baldosas amarillas que brillaban bajo la luz de la luna de una noche de verano, pero elegí otra bifurcación antes de llegar a Oz.

Para cada elección un destino. Tantos como pensamientos, como días en mi vida. Aunque ya no me sorprende que destino no sea sinónimo de meta. Ya no camino para llegar a ningún sitio, no tengo prisa, intento disfrutar del paisaje. Ahora sonrío cuando descubro que el sendero ha dado una vuelta y me ha conducido hasta algún rincón que mi memoria conoce, y también cuando me ofrece hermosos parajes que terminaré dejando atrás al continuar mi marcha, aun sabiendo que puede que no vuelva a verlos nunca. 

Ahora he aprendido a ser feliz cuando el suelo se derrumba bajo mis pies y me encuentro cayendo de nuevo en la casilla de salida porque sé que, incluso entonces, solo tengo que levantarme, sacudirme el polvo de la ropa y comenzar a andar. Porque el camino siempre está delante de mí, repleto de posibilidades infinitas.


Comentarios

Entradas populares de este blog

COHERENCE / PERFECTOS DESCONOCIDOS

PLAYLIST DE CUMPLEAÑOS

RAROLARIUM