PABLO NERUDA

En una estantería ajena encontré un pequeño libro rojo, corto de leer, largo si se lee con calma, y en sus páginas he ido descubriendo cómo resuena conmigo la poesía de Neruda. Ya me gustó hace años "Veinte poemas de amor y una canción desesperada", pero no sabía que me había gustado tanto. Yo creía que conocía "Me gustas cuando callas porque estás como ausente...", pero hay muchos más poemas suyos enganchados en mis recuerdos. "Puedo escribir los versos más tristes esta noche", "Todo en ti fue naufragio"... iban saliendo al paso a la vez misma que mis ojos se posaban sobre las líneas. Y tantos versos nuevos que me hacían detenerme para paladear su ritmo y su sabor: "Y tú como un mes de estrella, como un beso fijo", "Más allá de tus ojos ardían los crepúsculos", "Estás llena de todas las sombras que me acechan". Tan vívidas imágenes, tanto sentimiento convertido en tinta: "Sed de ti que me acosa en las noches...