RECETAS DE PELÍCULA
Siempre me ha gustado cocinar. Preparaba rosquillas con mi madre desde bien pequeña, y recuerdo la vida alrededor de la cocina que hacían las mujeres en la casa del pueblo y el enorme perol de limonada del comedor en Semana Santa. Recuerdo las texturas y los olores, y lo bien que me lo pasaba metiendo las manos en una masa. Mi padre recuerda más cuando me autoinvité a casa de una vecina y le dejé la cocina como un campo de batalla en un fallido intento de hacer una pizza. También me ha gustado siempre comer. Y probar cosas. Así que también era jovencita cuando empecé a trastear con recetas de la gastronomía italiana, francesa, portuguesa, rusa... Mis padres tuvieron que aguantar muchos sábados de experimentos, que no siempre salieron bien. Aunque creo que la peor parte se la llevó mi chico de aquella época, que tuvo que comerse un pesto con tanto ajo que podría haber acabado con todos los vampiros de la ciudad. Mi primer blog fue de cocina. Era un diario que mi pareja y...