HIPATIA
Conocí a Bea hará unos veinte años, por carnavales. Acababa de empezar a salir con un amigo mío y nos fuimos todos de fiesta una noche. Al día siguiente, mi amigo trajo a otra chica y yo le dije que debería estar con la del día anterior, porque me había parecido de las que valen la pena, alguien especial. La chica de ese día era ella disfrazada. Desde entonces somos amigas. Y ellos pareja. Con ella tengo un extraño vínculo, porque siento que nos parecemos mucho y a la vez no nos parecemos en nada. Por puro instinto se tatuó un lobo mientras yo empezaba a llevar un zorro en la piel. Juntas hemos vivido fiesta y drama. Le he olido los pies una noche en León con una de sus gatas en el regazo y ha desayunado en mi cocina frente a una cámara en uno de los peores momentos de mi vida. Fue ella quien me presentó en sus carnes a Hipatia de Alejandría, una de las primeras mujeres filósofas, matemáticas y astrónomas de la historia. Recuerdo sentirme una niña mirando al cielo una noche...