RADIO FUTURA

Los poemas de "Las mil y una noches" están traducidos de forma literal, y contar un poema sin métrica ni rima, es raro. Intento adaptarlos, pero la poesía no entra dentro de lo que me chiban mis musas, así que intento tirar de mi repertorio poético y musical, para ver si puedo sustituirlo por otra cosa que venga a decir lo mismo.

La estrofa con la que estaba ayer venía a decir algo así: "Acuérdate de mi nombre y dilo sobre mi tumba, aunque ya solo te responderá el sonido de mis huesos chocando unos contra otros" Me gustaba esa imagen y quería mantenerla, y lo primero que me vino a la cabeza pensando en amadas muertas y sus nombres fue Annabel Lee.

Ese es el título del último poema que escribió Poe, un poema de amor eterno en el que dos jóvenes se aman tanto que sus almas estarán unidas incluso tras la muerte. Para mí es la historia de literatura gótica más bonita, y uno de los argumentos recurrentes del poeta romántico, que decía que la muerte de una mujer hermosa era el tema más poético del mundo. Quizá fuera una forma de sobrellevar la muerte de su madre y su hermana.

Nadie ha sabido si el poema estaba dedicado a una de ellas, o si Annabel Lee era un ser imaginario que poblaba su mente, y ya será un misterio para siempre, un fantasma sobre el hacer conjeturas, un nombre eterno, como la Eleanor Rigby de los Beatles.

Existiera o no, Annabel Lee llegó a mi vida antes de que yo leyera a Poe. De pequeña, yo resumía los gustos musicales de mi padre en dos artistas: Sabina y Serrat. En casa había más discos, claro, pero esos dos eran los que ponía a todas horas, así que cuando unas navidades me pidió "Paisajes eléctricos", de Radio Futura, me tiré de cabeza a comprárselo. 

Por aquella época, yo acababa de encontrar una emisora de radio que ponía música de los ochenta y me estaba dando cuenta de que conocía muchísimas canciones, aunque no sabía ni de quién eran. Y me había puesto a buscar discos de los grupos que más me gustaban y a escucharlos en serio. Y Radio Futura fue uno de los redescubrimientos. Podía cantar de memoria escuela de calor, veneno en la piel o corazón de tiza, pero en aquel disco me encontré mucho más.

Primero me encontré con Santiago Auserón, que, además de tener una voz especial, en mi adolescencia me parecía un tío de lo más interesante. Luego me encontré con un montón de canciones que no sabría encajar musicalmente por su sonido único, que bebe del post punk, del reggae, de bases caribeñas y africanas ... (rock latino lo definen) Y al fondo de sus guitarras, me encontré con las letras. Porque Radio Futura tiene una lírica muy buena, con la que cuenta historias de personajes marginados y de la ley del deseo, en todas sus formas. Me siguen pareciendo uno de los grupos más evocadores y sensuales de los que escucho, de los que te mueven desde las tripas y enganchan con la parte animal.

Y esa parte de buenos letristas es la que les hace crear buenas historias y también aprovechar versos ajenos y hacerlos propios. Es la que hace que el nombre de Annabel Lee permanezca como un fastasma en nuestros recuerdos, incluso antes de haber leído a Poe.