HISTORIAS DE LA CRIPTA
Está empezando el verano y, para mí, esta época está ligada al cine de terror. No solo la saga de Sé lo que hicisteis se encarga de ello. Pensadlo bien, tiburones, pirañas, pulpos gigantes, anacondas y todos los bichos que emergen de las profundidades para devorarte mientras nadas tranquilamente; hoteles, islas, carreteras, pueblos... malditos que te encuentras si eliges mal el lugar al que viajar; psicópatas que no dejan de asesinar por llevar pantaloncitos cortos para jugar al golf, o coincidir por casualidad en el mismo campamento donde trabaja la madre de Jason. Una parte inevitable de las vacaciones estivales era alquilar películas de miedo y verlas todos juntos. Y asustarnos unos a otros (o todos a Mon) Pero hay algo que une mis veranos al terror mucho antes de todo eso. Cada año por esas fechas venía a la urbanización la prima de uno de mis vecinos. No jugaba con nosotros, porque tenía cinco o seis años más y pertenecía al grupo de "los mayor...