PAULINE EN LA PLAYA

 

Conocí a Pauline en la playa, como a tantos otros grupos, gracias a Oscar. Por aquel entonces yo iba a verle a Madrid y él me enseñaba las maravillas de la capi. Entre otras cosas, me llevaba a la sala Galileo, donde veíamos pequeños conciertos de grandes grupos.

Mar y Alicia son dos hermanas asturianas que formaban parte de Undershakers y que un día decidieron explorar otra forma artística diferente. Se calzaron el nombre de una película de Eric Rohmer y ganaron un par de concursos que les llevaron a grabar su primer disco: Nada como el hogar.

Empezaron con Titubeas, que representa todo lo que iba a ser su carrera ("Y tú siempre tan tonto. Tan tonto que te amo. Tan tonta que te amaré") Sus canciones son poesía pura, como la que escribe Alicia en sus libros. Versos que entremezclan la vida cotidiana y los cuentos con la preciosa música de violines, chelos, acordeones, clarinetes y gaitas, entretejidos en un ritmo pop. Pero un pop tranquilo, de por la mañana, de banda sonora vital.

Cómo no iba a gustarme un grupo que, además de ser instrumentalmente genial, hace referencias a Peter Pan, al gato de Cheshire, a Titania, a Atlas, a la biblia... Con eso ya se engancharon a mi corazón con un imperdible y caí profundamente enamorada de todas sus historias. Los siete discos de las cántabras llevan acompañándome desde entonces, llenando mis días con una música que se parece a mis sueños y siempre, siempre me hace sonreír. Con ellas soy un monstruo, una geisha, un muelle, un erizo...

Hace años tuve la suerte de conocerlas en uno de esos conciertos y así sé que son tan bonitas como sus canciones (y tengo una página de mi diario que escribieron para recordarlo) Y me pongo sus discos esperando poder verlas pronto en concierto. Merecen la pena, no os las perdáis si el destino hace que pasen por vuestro lado. Y, mientras tanto, no dejéis de escucharlas (pinchando en la foto)