EL BARÓN SAMEDÍ
Al llegar a una de las callejas que rodeaba su edificio, le pareció que la noche se hacía más oscura, como si aquella zona estuviese cubierta de sombras. Dio un par de pasos más hasta que cayó en la cuenta de que el ruido de la fiesta había dejado de escucharse. Entonces su caminar se volvió más lento, dubitativo. Se preguntó si no sería mejor dar la vuelta e ir por otra calle, pero le avergonzaba sentir miedo por algo que parecía más una paranoia que una amenaza. De repente, su cabeza pareció meterse en una cortina de denso humo y distinguió murmullos al otro lado. Avanzó despacio, hasta que la niebla se disipó ante sus ojos, y pudo ver un espacio iluminado en medio de aquella oscuridad, en el que un hombre con traje y sombrero de copa estaba negociando con alguien. Desde donde estaba no podía verle bien, pero no quería avanzar más, por miedo a ser descubierta. Rita se fijó en aquel tipo. Era extremadamente delgado y su traje oscuro y brillante se ajustaba tanto a su...