EQUILIBRIO

Yo creo en un equilibrio.

Creo que tiene que haber un invierno antes de la primavera, que hay que aferrarse a la tierra cuando sopla el viento y que hay que adaptarse a las cosas según vienen.

Nunca tiro comida porque creo que, si lo hago, llegará un día en el que pase hambre. Intento reponer todo lo que uso y he querido a todas mis amantes con todo mi ser, para que cada una me devolviera un amor eterno.

Pensaba que así era como la vida tenía sentido. Al menos hasta que aquella mañana Iria apareció en el valle, corriendo hacia mí y me tiró al suelo de un empujón.

Era un uno de enero y ya hacía tiempo que me había acostumbrado a que pasaran cosas raras, pero ella consiguió que el mundo que había creado se fuese al traste. Y no fue porque me tirara al suelo, no. Lo que me hizo perder el equilibrio fue su mirada azul clavándose en la mía.