Es una noche cualquiera y unos amigos quedan a cenar. Es fácil que nos identifiquemos con la premisa, sobre todo ahora que nos cierran pronto los bares. La televisión habla de un fenómeno meteorológico que solo sucede una vez por siglo, una superluna roja o un cometa. Y entonces pasa. Deciden dejar sobre la mesa los teléfonos móviles y leer en voz alta todos los mensajes que lleguen, como un juego. Eso o se va la luz. Una de las dos cosas es el disparador para que la tensión empiece a aumentar por momentos. Los amigos están cada vez más inquietos y el ambiente se enrarece. Empiezan las suposiciones. Ni los protagonistas ni el público saben qué está pasando exactamente, ni qué esperar de la siguiente escena, pero todos juegan a adivinarlo. Laberintos en la mente, acertijos, la necesidad acuciante de no separar la vista de la pantalla para no perderte nada que explique qué está pasando... Estas dos películas, juegan con una atmósfera cada vez más cargada de misterio, real o paranormal,
Pues un año más millones de gracias y de besos a todos por este regalazo que ahora comparto con vosotros. Espero que lo disfrutéis tanto como yo. https://www.youtube.com/playlist?list=PL4rNvMzg4xLCzBiSXrzW9KfD-F_uN53VQ https://open.spotify.com/playlist/6tpljDUxGec6fGJ3idVCyi
La casualidad es así. Me encontré caminando un día por las calles de Burgos, admirando su preciosa catedral desde todos los ángulos posibles. Recorrí sus recovecos una y otra vez. Y encontré una tienda cerrada en la que quería entrar. Tendría que esperar un par de horas. Subí al castillo que vigila la ciudad y bajé de nuevo. Pero aquella tienda no había abierto a su hora. ¿Sería que aquel día descansaban sus dueños? Decidí esperar un poco más y darle una última oportunidad. Callejeé un poco más y pregunté por el Cid, que se escapaba de mí montado en su caballo, y una burgalesa amable me mostró el camino. Lo encontraría paseando más allá de los árboles del Espolón, pero eso me alejaba del laberinto de esa zona de la cuidad por la que me estaba moviendo. Así que decidí probar suerte por última vez con aquella tienda. Empecé a recorrer las mismas calles por las que ya había pasado varias veces, pero esta vez mis ojos se fijaron en algo nuevo. PASEN Y VEAN Decí
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